miércoles, 2 de junio de 2010

Reconciliación.

Presente:
Ring, ring, cinco tonos de espera, una cinta en marcha y un pitido.

Ella.
Llevaba 10 minutos delante de aquella puerta, parada, pensativa. Hizo dos amagos de llamar al timbre, aún teniendo la llave en la mano pero no lo llevó a cabo.Llevaba dos semanas sin aparecer por allí, su casa. La decisión de tomarse un tiempo para ella, planificar su vida, ordenarla, y pensar lo que realmente quería había sido iniciativa suya y desde aquella tarde que preparó su maleta no volvió a aparecer por allí hasta hoy. Seguía delante de aquella puerta, tomó aire, de nuevo pensó en llamar aunque finalmente decidió abrir la puerta.

ÉL
Sentado, de pie. Se volvía a sentar, se volvía a poner de pie. Una calada, dos, tres. Nervioso, no sabía dónde esperarla. Desde que la tarde anterior escuchó de nuevo su voz grabada en el contestador diciendo que volvía a casa no fue persona, deseaba volver a verla, la había echado tanto de menos. Su ausencia, la soledad en casa, también reflexionó sobre todo.

Ellos
La llave no había girado del todo cuando él ya estaba en la puerta. Ella abrió. Frente a frente. Se miraron. Él sonrió. Ella sonrió. Fuertemente se abrazaron. Silencio. Otro abrazo. Miradas, caricias, besos, de nuevo otro abrazo. Lágrimas, sonrisas, más caricias, muchos más besos. Ella cerró la puerta con el pie. Una camisa arrancada con deseo en el suelo. Una blusa desabrochada con pasión que tambien acabó en aquel suelo.Un zapato, un tacón, un pantalón, un sujetador...
Una cama, reconciliación.

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